No es un término inventado por nosotros ni tiene relación con la fruta tropical. Se trata de una tendencia que consiste en encontrar placer y bienestar en el hogar sin salir de este. Probablemente lo practicas hace mucho y acabas de conocer la palabra correcta para expresarlo. Conoce más de qué trata a continuación.
Cocooning es el deseo de quedarse en casa y convertirla en un refugio del cual no tenemos intención de salir. De hecho, la palabra proviene de “cocoon”, que significa capullo, haciendo referencia a la protección de los gusanos. Es más, también lo escucharás como “nesting” que proviene de nest -nido- y significa exactamente lo mismo.
¿Y de dónde salió el término?
Nació en la década de los ochenta gracias a Faith Popcorn, una consultora de marketing que predijo lo que vivimos hoy: la sociedad va a evolucionar y la tendencia será salir cada vez menos gracias a las facilidades de compra que llegarán directamente a la puerta. Dicho y hecho. Así, el avance tecnológico del entretenimiento y la comunicación han contribuido a la expansión del cocooning.
A esta evolución, se suma el encierro pandémico, ya sea por obligación o por voluntad propia debido al miedo de contagiarse. De este modo, vemos la casa como un espacio de protección frente a cualquier adversidad.
¿Cómo son las viviendas cocooning?
Como todo lo que tiene relación con decoración y bienestar, adivinen de dónde proviene este “estilo de vida”... sí, le achuntaron: ¡Países nórdicos! Debido al frío que viven 24/7, los nórdicos hacen su vida al interior de sus hogares durante gran parte del año, lo que los obliga a tener casas totalmente equipadas y full familiares.
Y si hablamos de estilo nórdico, hablamos de tonos claros y cálidos para potenciar la luminosidad del interior. Además, los “hogares cocooning” apuestan por la comodidad: buscan que sean ordenados, organizados, confortables. Pensándolo bien, son bastante Jooga (hygge): hartos cojines, mantitas, espacios acogedores con muebles cómodos para acurrucarse a leer un libro o ver televisión, etc.
De hecho, es muy cocooning tener un rincón de lectura, con un cojín cómodo al lado de la ventana para disfrutar de la luz natural y con velas o un difusor para relajarse a través del olfato. ¿No te suena a que es muy Jooga?
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