¡Vamos por un nuevo año escolar! Invitamos a Isabel Huerta, psicóloga infanto juvenil fundadora y directora de ConSienteMente, para hablar sobre cómo los más peques pueden lidiar con el retorno a clases y cómo la organización les impacta positivamente en este proceso. ¿Qué rol juegas como mamá y/o papá? Isabel nos cuenta.
Partimos en unos pocos días un nuevo año escolar, lo que marca definitivamente el inicio de este 2022. Y este año es especial para muchos, ya que algunos niños irán por primera vez al colegio luego de tantas clases online, mientras que algunos universitarios podrán conocer las aulas, después de un par de años con clases a distancia.
Isabel Huerta - Consientemente
Y bueno … entre compras de útiles y uniformes, volvemos a pensar en cómo habilitar algún espacio de la casa para que l@s niñ@s y adolescentes tengan un lugar donde realizar sus actividades o tareas escolares.
¿Por qué crear un espacio de estudio o trabajo?
Los beneficios de crear intencionalmente espacios destinados al estudio o trabajo, son muchos: el contar con un espacio organizado, nos permite experimentar calma, tranquilidad, gestión efectiva del tiempo al contar con los materiales (cajas organizadoras, estantes con cuadernos, lápices, etc) impactando directamente en disminuir la probabilidad de posponer la ejecución y/o procastinar. Especialmente con los adolescentes, donde iniciar el trabajo muchas veces resulta una difícil tarea.
Es importante considerar la edad de tus hijos y sus características. Es diferente el apoyo que puede requerir un preescolar, un niño de tercero básico, a un adolescente, como también, si tu hijo o hija es más dispersa, con cierta tendencia al desorden, a la desconcentración. O por el contrario, si es metódico, detallista e incluso presenta mayor rigidez en cómo deben estar organizadas sus cosas.
Debido a lo anterior no hay una receta perfecta. Más bien, va a depender de las necesidades y características de tu hij@. Hay algunos que van a necesitar una guía y apoyo más directo, otros algunas sugerencias y nada más. Lo mejor es estar atento o atenta a qué necesitan para sentirse cómodos, organizados y capaces. Identifica qué tipo de ayuda requiere, dejando espacios de libertad en el cómo se quieren organizar, recuerda que el orden depende de sus necesidades y no de nuestros propios criterios. Es necesario dar espacio para que aparezcan sus pautas y no exigir que se adapten a lo que nosotros proponemos o exigimos al pie de la letra.
Recuerda que el ejemplo es una gran oportunidad de aprendizaje para tus hijos, es difícil que desarrollen este hábito si no lo ven en su cotidianidad. Al invitarlos a ordenar, especialmente con los más chiquititos, estás estimulando y desarrollando múltiples habilidades, como la capacidad de categorización por color, función, tamaño, intereses, etc.
Ordenar, ¿les sirve?
A través de la invitación al orden, los ayudas a planificar y anticiparse. Con el uso de un calendario, por ejemplo, estimulas su capacidad de internalizar qué viene primero, qué se realiza después, los pasos a seguir. Le permite gestionar el tiempo pudiendo comenzar a desarrollar la capacidad de planificación. Muchas de las capacidades mencionadas corresponden a funciones ejecutivas, que si bien por desarrollo no las han adquirido, podemos estimularlas y ayudar lentamente a adquirirlas.
Y por último, uno de los aspectos más relevantes desde mi punto de vista, es que todas estas acciones estén acompañadas desde un estado emocional de cariño, atención, conexión, alejándonos de las exigencias, presión, de las metas y centrarnos mucho más en el proceso. Ojo con las exigencias y los parámetros de orden que tenemos internalizados como adultos, no necesariamente son los que nuestros hij@s tienen.
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